jueves, abril 26

Diana (y que le pese a mi conciencia)

Parece que las cosas interesantes siempre suceden en jueves, no hay infierno debajo nuestro... otra cosa es con nosotros... pero eso es otra historia.

Tu voz me ha contado -sin decirme mucho- que ya no sueño a imaginar; que además de esto, no soy el único ser humano que imagina soñar, por tanto y después de tanto, te presiento tan lejos que me aterra la distancia. Salud! has cerrado un abismo que parecía peligroso. Y se eleva una plegaria por todo aquello que parecía claro y se fue enturbiando día a día por mi incapacidad de ser capáz. no obstante se desmiente la maldita suerte. (y la maldita esperanza que me ha vuelto a traicionar)

Me llevas en la manía de las tardes de verano, los sábados de marzo, los sábados que se vuelven 10, me llevas en la autonomía de los sentimientos, del abandono y de la soledad -además de las malas compañías... que suelen ser las mejores- me tiras el jaque mate y me recrimino "¿porque no enroqué cuando era posible?" Diana, parece ser que el mundo es muy raro como para que vengas a llenar los espacios vacíos, parece que mi mundo es tan ajeno al tuyo que desapareces entre las telarañas de mis sentimientos en desuso. Diana parece que me desesperé de hacerte soledad, parece que me desesperé de que tú seas mi soledad.

Así, Diana, te digo que no parece ser lo que mi egoísmo servilmente se imaginaba, parece que me he perdido en la vorágine de hambre de mis almas itinerantes... será solo cerrar un momento los ojos, enfriar los sueños justo cuando sepan cómo dañar. Será pues, que las mismas viejas canciones que me rehuso a ver me están clavando los puñales que me hacen cosquillas. Además me río, pues la tristeza es una comedia, es una broma es un chiste pesado. No te puedo hablar de violines ni melodías bellas, no puedo imaginarme lo inimaginable, no puedo soñar lo insoñable y no puedo confiar en el mal habido corazón que me gobierna. Quería confiar en tí, y ahora me pierdo donde no se encontrarte. En mi mundo solo existo yo, y eso me atormenta.

No puedo asirte, con tal fuerza te lleva el viento que ni siquiera puedo lanzarme para intentar, y ya no tengo moral para seguir hablando... porque la imaginación es distorsión, los sueños son quimeras absurdas y mis ojos... son mis ojos.

Como todo lo que parece ser perfecto. Adiós.


"Bajo una lluvia silenciosa, tú te ocultabas en tu calavera, y yo me ocultaba en ti"

No hay comentarios: