lunes, julio 30

No name

Todos alguna vez necesitamos un lugar donde descansar, donde acostar la cabeza, un túnel bajo el cual caminar, un hombre viejo que habita en nosotros, un niño que muere dentro nuestro; todos alguna vez mereceremos las tinieblas.

Aristas entre las sombras lejanas, los humanos caminamos ciegos víctimas de nuestras virtudes; tan distantes del fuego prometéico, metidos dentro de cruentas vorágines de verdades y vicisitudes insoslayables; hundidos en el desconocimiento de nuestras certezas absurdas.

Todos alguna vez necesitamos la frustración y el luto de la muerte que nos persigue, desesperar en el devenir intempestivo de vientos en contra; necesitamos recoger nuestras alas rotas, necesitamos huir del brillo del sol, necesitamos escondernos entre la penumbra de la luna que se anticipa a la aurora. Todos sutilmente suelen rezar a su lucero favorito, por un acto filantrópico que intervenga en su trágico destino forjado a fuerza y sudor. Sucumbimos a tentaciones a lo largo del trecho marcado por nuestros ojos de horizontes carcomidos por la esperanza, nada mejor que caminar entre los miedos. Todos alguna vez hemos temido, pero pronto dejaremos de temer.

A manera de esfuerzo inútil, de atrevimientos fatuos, de imberbes demostraciones de poder y grandeza, se acerca un ocaso que oculta nuestras frentes de intelecto servil y sumiso, algo se acercará por la espalda.

viernes, julio 20

Fontanarrosa

No hay más que decir; estás cosas post mortem me molestan un poco. No obstante, hay que hacerle honores a un escritor tan grande como Roberto "el negro" Fontanarrosa. Creador del Inodoro Pereira y el Mendieta, creador de Boggie el Aceitoso, escritor -no solo en el ámbito cómico- sin embargo, la de escritor punteagudo y crítico, parodia inteligente y medida, es su faceta más conocida... ya no está más, dejó este antro de carne y hueso el jueves. Y como diría el Mendieta... "Que lo Parió!"

"De mí se dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro"

Roberto "el negro" Fontanarrosa (1944-2007)




jueves, julio 19

Septiembre

El calendario marca su designio imperfecto para tu vida, las horas pasan sin dejar algún rastro hasta el día en que quieras marcharte; sobre todo en tu exilio que es la libertad de tus labios. Algunas veces tu corazón palpita en mí.

Igual y siempre, es demasiado tarde para volver, siempre cae la noche en un crepúsculo rutilante; siempre cae tu noche, y me dejo caer cada vez más solo. Igual y te pierdes el espectáculo de las nebulosas abiertas en tus venas. Despierto al insomnio en una isla entre tu paraíso y mi luna, asciendo a medias, planeo y elevo de nuevo en el mudo palacio de mentiras que construyo, ese lugar que llamo hogar, algunas veces tal vez soy feliz... otras simplemente respiro.

Me ahogo en tu éxodo de brebaje antiguo, me envenena y arde, ilumina en mi piel, una vez más tiemblo a tus fríos dedos que se estiran desde tus manos; te escucho dormitar en mí, y tu existías sempiterna entre mi sangre. Pinto la bruma de vampirezcos deseos que carcomen mis ojos en cuencas diminutas que sangran, poco después el caudal de tus ríos se desparrama en un seco desierto de mi alma compartida... y te acompaño, hasta donde se bifurcan los caminos invisibles.

domingo, julio 15

Un prado

Cuando cantas en medio de toda esa gente, suelo mirarte con desconcierto. A eso de las 7:52 cuando dejas de habitar en vida algo tiñe de guindo el amanecer, y de las claras laderas manan a lo lejos unos cuantos besos; Con un verde claro la mañana despunta su brillo sobre los jardines, al amanecer me miras con ternura y suelo mirarte con desesperación.

El prado se enciende cual escenario verde, tallado entre los rayos del sol, entre la aurora mojada por el rocío; y tú, perdida en el verde turquesa de la muerte, siempre pasa lo mismo, después de uno o dos segundos de verte, el alambre de púas que te rodea sangra por si mismo, en tu lecho recorre todo el bullir de la sangre y deseas venir.

Los caminos circulares que se regodean en tus ojos construyen invisibles anillos a través de tu mirada perdida, al momento que un alarido rompe la quietud de la pradera encendida que te rodea... Y comienzas a sangrar, pues tu muerte es un punto intangible en esta linea recta, cuando tu nombre se ha perdido entre olvidos y destrucciones. Tu muerte es un síncope acurrucado en el alma, es un desperfecto de tiempo y espacio, así tu mirada intenta traducir los pasos que llevan hasta mi alma, como buscas los pasos en ti. Caminar se ha hecho tu vida

sábado, julio 7

Crimen

(así se mata la poesía)

Te sienta tan bien la soledad, te queda tan bien estar sin mí.

cuando te veo caminar ahí y yo no estoy a tu lado recayendo por tu espalda, te ves como aquella vez que distraída vagabas por la avenida. Me recuerdas tantas cosas que mi memoria no termina de matar, y tantas cosas carecen de sentido que justo cuando pienso que puedo volver a sonreir a tu lado, me doy cuenta de que me gustaría verte sonreír sin mi.
No queda mucho por decir después de que bajas la mirada y las palabras de rigor hacen su trabajo, beso en la mejilla, la típica broma para romper el hielo -aunque solo descascare al iceberg- y lo suficiente para que el encuentro sea otro cliché de novela barata; un dejo de nerviosismo, una pizca de melancolía, esas sonrisas que evocan a la nostalgia, nuestro ánimo menesteroso... y los autos que pasan a nuestro lado. Te ves tan linda cuando no piensas más en mi.

Escéna única, acto estúpido sin título que lo defina, canción que crece y carece de sentido común, escrito tan innecesario, versión pasteurizada del desamor, intento fallido de narración de un día en la vida común y corriente, exaltación de una pena que no lo es tanto. Crónica de una muerte anunciada -este escrito es un crimen... perpetrado por tí.

martes, julio 3

Dejar que todo fluya...

Quizás hoy es el día de no pensar, no planear, no presentir;
tal vez hoy es el día de que todo siga un curso con naturalidad
Posiblemente ahora sea tiempo de dejar de razonar
o tal vez, puede ser que hoy es un día cualquiera por aquí.

Hoy será el día de mostrar que el mundo es un invento,
será el día de recordar las cosas que alguna vez dejamos atrás,
En las siguientes horas dejaremos ir todo por un tiempo.
Para poder ser libres y dejarnos ir con el viento.

Partamos con el viento para sentir la brisa entre tus cabellos,
fúndiendonos en esta pobre alegoría improvisada,
Dejemos que fluyan las palabras para que imaginemos un final,
Deja ir tus palabras entre las columnas y los pilares.

Las calles se llenan de tus ojos, mis ojos se llenan de ti.
y todo se deja ir, en palabras que mueren
en silencios que yacen en esta página de locuras inconclusas.

domingo, julio 1

Un mundo

Los colores caen entre un vientre vacío, se dibujan en las entrañas de un abismo, y suelen acabarse para así morir; porque cuando mueren los colores, nace la desazón, aparte de la ilusión, la esperanza y las demás tonterías para deshechar... Y sin embargo no parece un asunto romantico. Entonces el tiempo se detiene otra vez -me hace preguntas, la mayoría sobre tí- y después de todo lo que reprimí, dejo correr al tiempo, la sangre y las palabras.

Caigo y vuelo como el último sigilo del sol que se entrecorta en mala transmisión, cuando el espacio es un azul luz, o cuando tu ligera tristeza se armoniza con el ambiente, cuando el cielo sube la colina hacia tus prismas rotos, cuando todo parece atravesado por un rayo púrpura de dicha, abres los ojos para que anochezca a nuestro alrededor, y te tomas el café que se estaba enfriando en nuestra mesa.

Reina tu sonrisa entre el barro y la eternidad, tu nombre es solo un gesto banal de pretensiosas dimensiones; el mundo acaba de morir como todas las cosas. Las calles son verdaderas naves de locos, esperpentos diseñados para sufrir de los juegos de la paranoia. Por eso cuando termino perdiendo la razón, sé que no voy a morir del todo, pues te reflejas en la realidad; y cuando tu espejo roto se llena de luz, te llenas tú con mi alma -Nunca sabrás cómo danza la vida entre tus tonterías a medias- Así mientras estés entre la ochocientas fantasías que se le ocurren a mi cabeza, serás poco más que una experiencia pasajera -no temas- serás lo que quieras ser. Podrás ser feliz si sueñas con serlo; y si me ves en tus sueños, quizás yo también sea feliz.

Y las luces se vuelven tan civilizadas, tan impertinentes cuando atravesamos la locura por la noche; todo se vuelve tan incierto, que si estuvieras a mi lado te extrañaría más que cualquier día de mi vida; para que cuando se apaguen los candores de extrañas velas, aparezcas; y aparezcas sonriendo como tonta, disparatando tus ojos, abrazandome y diciendo alguna que otra idiotez, para que yo te reponda con otra estupidez... Es que el mundo es tan intrascendente sin ti.