domingo, abril 12

Monólogo dedicado al gusano

Yo soy el que te trajo, el que te dió la existencia y el que te la absorbe.

Soy el que trae el fuego y lo reduce, aquél que con sus manos ensoberbecidas modela los designios perfectos y exactos de tu angustia de espera, de tu fobia de vida, de tu libertad de las cadenas plateadas que te atan a mi. -En silencio espero, y confirmo tu existencia en un polvo adormilado de dimensiones inconmensurables del universo vasto, este abismo donde pacientemente espero-

Soy el reflejo que se te escapa en el espejo, soy el otro, aquél al que nunca podrás alcanzar a tocar, soy la palabra hecha herida sangrante que destila una misearble autocompasión que mana de tus arterias abiertas. Soy la inquietable simetría del espacio, soy el tiempo que consume tu presencia y las libertades del tiempo que te precede y que te antecede. Soy hueso... soy la muerte que se te atesora en la carne viva.


-And... there was a sense of disappointment-

martes, abril 7

A-Dieu

-Te- Escribo

Y escribo por la rabia,
Porque te extraño.
Porque en las rocas anida un luna vacía
Porque el silencio insomne mide tu ausencia,
tu no-presencia que desborda el abismo de la noche
mordaz, rabiosa y doliente -ausente-

La noche que desgarra las paredes,
que reside en mi pecho y en mi alma.

En el espacio partido por la mitad,
Blanco, brillante y pulcro.
En el espacio abierto y dirimido a punta de escalpelo,
en el espacio que libras, que inspiras.
te esperaba.

Pero escribo-te- con rabia,
Con la rabia refulgente y ansiosa,
con la rabia triste y cantante.
Te escribo el A-dieu definitivo,
del que no promete nunca jamás
ni después del después
ni el ahora más que nunca.

pero te escribo... en la brutalidad del día
de este 7 que se corroe en el abril que alguien me ha robado.

y no más.

-Nada más-

viernes, abril 3

Canciones para llevar

En el bolsillo, con tus amigos, con aquellos que se resisten a creer, a pensar y a caer.

Pensando en tí y en las canciones que se desprenden de la tempestad, que se recogen en pequeños charcos que aparecen en el traslúcido brillo que refulge en el piso a la luz de la vela con la que te acompañas a escuchar las canciones de lluvia.

-Eres- hoy, día, y mañana que la lluvia arrecia y las canciones se estrujan en un estertor inimaginable. El pecado, el día del nacimiento del espacio, de las cosas que habitan el silencio, el día que surgieron todas esas palabras, esos charcos donde se desprenden las luces de las velas que acompañan canciones los días de tempestad y lluvia. El día que estalló, que se insertó el miedo. El día menos pensado fue.

Y fue lo que pensamos y soñamos aquellas noches, fue lo mismo que nos habíamos negado a dar parte, fue el sueño, fue la realidad y lo llevábamos en el interior de cada respiración. La última de las canciones sonó.

-y llegaste al otro lado, y cruzaste la línea-

y la luz de la vela que se refleja en los charcos cuando te acompaña a escuchar las canciones de lluvia y tempestad... se apagó.