Un alma troquelada que, lista para ser rearmada, encuentra aquellas manos que logren unir sus piezas enquistadas. El frío de la mañana, ese ritmo en vigencia alterada; el frío, el alma ya no quiere sentir frío... Se rearma y contradice a su calor interno - alma- Alma eterea y rimbombante, que de alma ya no tiene nada.
Aprieta los dientes, gime y llora... se siente vacía -Las manos no terminan pues falta una pieza, el centro de su rompecabezas- No va a ser feliz, no alivia sus síntomas, ha perdido el centro de si misma (el alma), el alma del alma... y su corazón.
No se parece al dolor -ni la melancolía con la que las manos buscan -y el alma espera impaciente... como todos hemos esperado.
Toma elegida: Fantasma
1 comentario:
Hola...
Exquisito poemaa...
Muy bellas palabras y la imagen como anillo al dedo0...
Se despide con cariño...
Atte.
Samanthaa..
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