jueves, marzo 22

Vias Obstruidas

Al necesitar la noche llamaste una a una a las estrellas, requerías la presencia del significado de un día sin la soledad; sin importar el resultado estás aun aqui, inquiriendo al destino cual es tu sino, preguntandole a Noviembre si cae el vino del triunfo.

Y no pudiste evitarte la molestia de caminar bajo la lluvia, entre el frío de los pensamientos más sublimes, cierras el umbral de una angustia, comienza un nuevo día, el amanecer se siente en la carne... como si supieras que dejar ir, es dejar vivir... y dejar de vivir un poco. Unos ojos detras tuyo por fin te dejan respirar.

Ya no tengo más poemas para la muerte, desde la partida mis palabras se han hecho humo blanco, algo está roto entre el iris y la pupila, el hilo se suelta de la camisa de fuerza que determina la humanidad, se me acabaron los poemas a la muerte, y ahora solo quiero despertar.
En la niebla, sin seguir el camino específico e invisible que nos han dejado los demas mortales, ya no se si hay o no hay, ya no se si seguir o detener los pasos, uno no comprende por completo lo que espera, uno no entiende aquello que no es y que deja estallar.

La sonrisa en las manos de la seguridad, además del candor de un pecho palpitante; la mirada insípida e imperturbable, aquello enajenado, aquél poder que hace escapar a los gritos de pasión, la culpa y la deslealtad; depués de todo, al fin se encuentra una luz al final del tunel, no todo parecía brillar con la misma intensidad, al final se termina mi tiempo. y con ello también las palabras. Y mientras la ceniza vuela entre el viento y el silencio me voy yó y enciendo una estrella en medio del horizonte. Allá donde brilla mejor cualquier fulgor

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