martes, marzo 27

Pequeño Material Ocasional

Deseo pelearme un cacho con mi naturaleza, nubes de café con un sabor amargo se envilecen con el pobre cielo que decreta que desde hoy se instaura el día de no escribir poesía. No sé por qué, pero desde hoy comienza el periodo oscuro de la historia... será que hemos perdido la realidad y el gusto de ver y sentir.

Pienso luego no existo, porque creo que no soy; y la verdad es que apenas toco esa pequeña porción de tierra en medio de la nada y el todo, y me da un terrible calosfrio que recorre toda mi espalda y me hace retirar la mano, el codo y hasta el cuerpo entero. Además no veo lo que mis dedos palpan, pero está frío y muerto... eso si lo sé. Me encuentro en una mañana sin sol, no sé porque pero es de mañana.

Un castillo de hielo y desesperación se alza detrás mío, sin embargo no me percato de que un día se congeló el mundo mientras yo me daba una pequeña siesta en medio de la pradera blanca del olvido, después regresé para darme cuenta de que nada es como lo dejé... y si me preguntan... Si, extraño un poco mi niñez... pero no tanto, porque además de todo tengo una manía que me deja ser extraño a la nostalgia... aunque de que me ataca, me ataca.

Es escurridizo, ya lo sé, ya no camino por esos lugares que se pierden en medio de la caminata, paso y repaso por la calle buscando la motivación que desde hace un tiempo se hace más fuerte que un resfrío en medio de la siberia. Los laberintos en mi cabeza se han hecho desierto... hay un valle por ahí que no se ha hecho valle, y hay un sentimiento por ahí que no se ha enterado de que siente

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