Eras ave de inmensas proporciones y sin embargo cojeabas, te alojabas cada amanecer en el hotelcasilda de camino a la noche y mientras el infinito dormía, te dormía en mi garganta; y mientras tanto tu me mueres.
Esta vez busco tus ojos, esta vez se hace un espacio entre tus deseos y mis necedades, esta vez, te conviertes en inmensidad y yo te veo correr entre el viento y el pasto seco del interior de mis verdes praderas. Esta vez te vi caer.
Naces de la negación, donde te aguarda la angustia, y te recuestas en la nada... me sonríes y te escondes tras la luz. Esta vez, tus manos opacas tomaron las mías... y mi alma oscurecí de a poco
Como quiera que quieras que no te quiera ver sonreir, te veo.
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1 comentario:
jijos, qué manera tienes de escribir, Raúl, es que me emocionas hasta la médula!!!
Un besote y gracias por tus comentarios en mis Azules, siempre es una alegría encontrarte aquí o allá
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