lunes, mayo 28

Asilos del alma

Creo que me morí un día que no puse atención a tus palabras, pequeña. Recuerdo que tiritaba de frío, recuerdo que de tanto en tanto el tiempo se detenía cuando tus ojos me miraban, pequeña; y recuerdo también que nunca antes bastó un segundo para que te recuerde... pero no te recordaba.

Creo -a la vez que veo tus imágenes dibujadas en la tierra- que aquél día de noviembre, llovías, y el cielo te contaba, me pareció que tenías el corazón roto, me pareció que me ardía el pecho, y que me volvía loco. Acaso resulta que un día que no te ví apareciste creciendo entre las sombras que producían los focos que alumbran por la calle. Acaso también te conviertes en mi soledad tú, pequeña?

Pequeña, no maquillas la realidad, pero disimulas el desasosiego; dejas mudas las mitades de los besos que te debo, las canciones que no te escribo o los días que no te recuerdo. Estás sujeta a mi inspiración, y ahora, maltrecho en este amanecer te digo que mientras mis palabras vuelan y se rebaten, te miro alejarte poco a poco, y solo siento que te vas, y te ceo caminar por el sendero de tu vida eterna, y así te recuerdo poco a poco... solo hasta olvidarte

1 comentario:

2doMedicina dijo...

Me gusto... a veces me pregunto si esa chica de la que hablas es la que una vez ondulo en tu pasado... en fin...