martes, mayo 1

Resaca

Hacia las 6 de la mañana ya comenzaba a clarear el día -y mi mente también- de las copas que se perdieron entre la noche de la reunión de aquellos fantasmas desconocidos para mis ojos, no quedaban gotas y menos del tan pavoneado alcohol. De mí, ya no quedaba en el mínimo resquicio de mi mente algo de dignidad para conmigo mismo. me dije "que vergüenza" y respondí "yo también"

Llegué tambaleante a casa, llegué; indómito mi cuerpo no me respondía, se respondía a sí mismo en la serpenteante diligencia de mis pies trastabillantes, y mi boca que musitaba extrañas palabrás en inglés que no lograba entender. Mis manos ausentes a mis brazos caían con aplomo hacia mis costados y no lograba encontrar aquél lugar donde se introduce la llave -de recordar no recuerdo- de caer hubiera caído... eran las 3 de la mañana.

Me fui caminando a casa, ahora puedo decir "todavía me emborracho" aunque no haya caido nunca en la trampa, caía sin embargo, me deslizaba mejor dicho. Y si sabía de mi estado, mejor ni hablar -así lo había dicho- Entre mis generaciones, se dejó ver el desconsuelo, la rememoración de oscuras intenciones, el recuerdo de aquellos tiempos imberbes y horribles; entre mis generaciones de ocho palabras al viento, se dejaron ver las cosas que no quería volver a ver entre mis dedos. Palabras ocultas, prohibidas y pasadas, las palabras no dichas. Será que se vuelvan a decir, será que ni se digan. Y un seco a la salud de todos.

Comenzamos mal y donde no habíamos empezado una que otra jarra y al cariño de los cuates, y de mi que no soy ni amigo ni nada... que me estiman dicen; que los he olvidado -soy sincero-que me alaban ponen; que ya no tengo sueños... no sé ahora estoy con dolor de cabeza y en mi garganta todavía me queda el mal sabor de boca... y el mal recuerdo de una noche... pues hoy nos es ayer, sino mañana

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