domingo, noviembre 25

Mus Músculus

Con los ojos rodeados por el cuerpo encendido de aquella luz entorpecida, caminaba -se subía por los riscos del viento- era vanidoso, animal de los enemigos de cada uno de estos planetas posdiluvianos; con los ojos rodeados por su sonido, por su inmensa pequeñez, se introdujo la ceniza del veneno -y uno que otro valium por si acaso- se miró en el espejo, se insultó, se puso a golpear el vidrio, y sus manos sangraron, algo de él se iba elevando con los (footsteps) de sus fantasmas.


Con los labios enmudecidos, con los músculos de su rostro entumecidos de tanto gritar, escuchando las luces apagadas... se sentía más seguro, se sentía realmente a resguardo en aquellos lugares iluminados por el espacio -del cielo con luces prestadas- en aquellos agujeros de ojos de gato que le circundaban, en medio de esa oscura visión, aquella que lo miraba. Se sentía seguro y respiraba, y de tanto sumergirse en el aire, sus pulmones sangraban una especie de líquido aceitoso; aquel líquido que derramaba su corazón cuando amaba.

Era vanidoso como él solo podría haberlo sido, y sus manos cartilaginosas y huesudas escarbaban el pasto -the lost garden- no pudo entrar en aquellos sueños, en esos lugares donde las puertas daban al mundo real; donde no podía instalarse, donde sus manos en forma de garra no podían asirse. En esas escarpadas colinas donde nunca nació, donde habitualmente moría en un dialecto extraño, donde se hundía, vió una luz, esa luz que le quemaba los ojos, esa luz extraña que encandilaba sus pupilas... siempre estaba hablando, siempre decía palabras que no concordaban -the fool in the hill- y nadie quería escucharlo... nunca.

1 comentario:

Paola R. Senseve T. dijo...

Me encanta como puedes agregarle inglés a tu texto sin que se lea ordinario ni artificial.

Un saludo con beso y abrazo desde cambalandia.