domingo, noviembre 18

Gris

Cuando un día de perros amanece por la ventana, resurges de entre tus cenizas y encaras al sol, después desayunas un poco, lo necesario para aguantar la caminata que te llevará lejos del mundo, que te elevará de entre todos los muertos; y después dejarás de ser lo que siempre has querido, después será un ave que vuela libre, tomas conciencia de tu respiración, tomas conciencia de tus músculos... A veces dios se olvida de nosotros... otras veces simple y llanamente no existe.

Cuando todo está gris y parece que la lluvia se hara cargo de borrar la tinta de tus cuadernos, dices una que otra palabra que no se escucha entre el viento y el granizo, sientes como te golpea el granizo en la cara, sientes cómo moja, sientes el fríoque entumece tus mejillas; cuando cae un poco del cielo al rededor tuyo, sientes cómo se te contrae el pecho, y comienzas a caminar de nuevo, con los ojos clavados en el horizonte. por dentro mueres por llegar a algún lugar... aunque no vayas en ninguna dirección.

Y a medida que te encuentras en medio de lugares que desconoces, de lugares donde no estás nunca aunque tu cuerpo esté presente, comienzas a desprenderte de este mundo que amaneció del lado equivocado de la cama. Estornudas un poco, toces, te tapas los ojos y sientes que tu garganta carraspea un poco... y entonces me ves, sonríes, y todo parece volver a recomenzar, porque que el día apenas termina... y de nuevo todo parece brillar para ti y para mi.

Estoy contigo... hasta que se terminen las horas

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