miércoles, abril 23

La Mujer que No Envejeció

Esa es la imagen que recordaré en la promesa de un amanecer que está lejos; cada silencio, cada palabra que se traduce en el complejo de ángulos insertos en la óptica de mi memoria. Esa es su imagen, ese es su latido que se extendió en la eternidad del tiempo, en ese mínimo instante en el que nos convertimos en uno... allá donde no existía más el tiempo.

Y el tiempo vendrá a agolparse en mi, me dibujará las líneas que se acostarán en mi rostro con el pasar de los días, y por consecuencia cesará el palpitar y ya no sentiré aquello que me arrebató abril en su otoñal mirada de cinco minutos -cuando la vida se hizo eterna en cinco minutos-. Así sin ningún reto, más memorias se irán formando, más memorias se concebirán en algún lugar del espacio donde no-se-qué, en algún resquicio escondido del lugar donde no estoy. Y algo no morirá, porque ella no envejeció; lo sabré cuando vea su rostro en mi lecho de muerte, ese rostro que no fue un futuro, su faz que será la misma lozanía que habré conocido toda la vida. La belleza que no se hizo una anciana hermosura en la promesa de un amor que renazca cada mañana. Aquella mujer que amo; aquella que no envejeció a mi lado.

5 comentarios:

Azul... dijo...

Me llevaste a una mañana de septiembre, en Buenos Aires, que guarda uno de los momentos más hermosos e íntimos de mi vida...

un besito, mi niño!

eros dijo...

me llevaste a sentir....

Anónimo dijo...

buena vox
raulex adelante con tu emocional escribir
will

Mademiosel Selpulcroix dijo...

Verde que te quiero verde, necrofilia feliz?

Lindo lindo, me haces suspirar... parecería el cuento de hadas en el cual el hada muere y deja al príncipe enamorado de su esencia despilfarrada en las sábanas limpias de un atardecer en Abril... y por qué no, en Buenos Aires!

Paola R. Senseve T. dijo...

Qué lindo...
Y es verdad...el tiempo no pasa.

Besitos querido Raúl...