Ya no sé vestirme de estío, ya no se mirarte desde lejos,
en la complicidad del viento; ya no sé.
Y por eso es que te espero, con desesperada espera,
con paciente sosiego y frío, te veo llegar.
y estás tú en tu estío, el mío vestido de frío.
Para que así no perder el rumbo,
de nuestro abandonado caminar, de tus tardes;
del sol en el rostro, de la lluvia que nos escoje.
Y somos fantasmas, desapareciendo el mundo,
desperdigando los planetas en las sombras
los que retumban en las tardes, de las nubes al viento.
Y se moviliza el estío. Es tu sueño Azul, mi estío.
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1 comentario:
Y por eso es que te espero, con desesperada espera,
con paciente sosiego y frío...
qué bueno eso Raúl!
Hermosísimo tu escrito amigo
un beso grande!
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