lunes, septiembre 17

sin lugar

Caía la noche, los músculos de mi rostro aún temblaban, no podía contener ese maldito movimiento de mi párpado derecho que se cerraba compulsivamente. Pasó de frente a mí, su mirada se cerró en algún punto específico de mi rostro, no eran mis ojos, intenté hallar su mirada, pero me retrucaron sus maneras sutiles de escabullirse -maldita manía- Caminé tras suyo.

Destrozó su gabardina al sentir que mis pasos se acercaban tras suyo, su sonrisa extraña me sacó de la concentración con que seguía su rumbo; entonces nos encontramos frente a frente, era solo una mirada, y la sangre se volvió contra mi camisa, estalló su corazón y el impacto hizo que su cuerpo retrocediera unos pasos... mis manos olían a pólvora. Caía la noche, y yo sonreía sin alguna explicación. Busqué su mirada, pero su mirada estaba perdida en el infinito... su sangre

3 comentarios:

Paola R. Senseve T. dijo...

Cuento?
Contame un cuento lindo, que comience como tus poemas y termine con una esperanza?
Contame?

Azael dijo...

para que decir más, esta muy bonito. te dejo un abrazo man

2doMedicina dijo...

No se, es como si tu al tocar a ese ser tan puro, a ella le pasara algo, no se si bueno o malo...