martes, febrero 3

París

París está muy lejos, demasiado lejos para que se derrumbe a mi alrededor.

No es el viaje ni mucho menos la distancia, ni el tiempo que podría tomarme. Es la lejanía lo que me hace sentir el ruido frío de la verdad que atraviesa extraños derroteros entre las palabras.

París no es el lugar, sino la vieja esencia de la derrota, la mano cortada que busca en el espacio un objeto que no es, que nunca fue, ni será jamás. París es el carcelero que anida en tu vienre, que remienda cada costra, que apologiza las causas injustas y los casos perdidos.

París es el conflicto.
París es el problema.

París Arde y no está... pero sigue el conflicto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sincre! ya extrañaba tus versos...
un abrazo
vale