viernes, mayo 9

Lo que nunca...

Todo está bañado en la palabra, toda palabra me circunda dando vueltas consecutivas que generan un vano vacío que a la vez es palabra; la cuál viste tu ausencia con vestidos de colores que habitaron en tus ojos. Y las palabras me acogen en el silencio que murió en la palabra que me cuestiona hoy en día. Esa palabra que me pregunta, a la que no sé responderle de vos. Porque yo soy la palabra.

La palabra es un insecto que se impacta contra el sueño irrealizado de permanecer inamovible, un insecto que se prende de tu ropa justo en el momento previo a que embarques esa góndola que te va a llevar lejos, a una lejanía que se hizo palabra, léxico. La palabra que ahora nos vomita, que nos llena y nos hace eludir al silencio, se ha hecho espacio, un espacio que está falto de vos, falto de esa palabra, pues la palabra eres vos.

Y el Lazo es palabra, es una conexión lógica que se estampilla contra el vidrio, con la brutalidad del "no hay vuelta atrás" de una palabra que no vuelve; es un sin retorno de la palabra. Ya nada queda suspendido, ya nada queda en punto suspensivos. La palabra quedó amputada en su caminar; más allá de una historia simbólica que deambula los miedos. Ahora que nosotros somos la palabra que muere, que sigue, que nos marca; somos palabra que se estanca, y que nunca más será lo que fue... una palabra.

1 comentario:

Azael dijo...

la palabra q no toca fondo...

Mi hermano q gusto leerte