miércoles, agosto 22

Pésimo... pésimo

Sus ojos buscaban unos ojos que la contemplasen con vigor, o tal vez hasta ternura; lo requería, tal vez estaba infatuada por los cuentos fantásticos que leía en los mails que le mandaban sus amigas -quizás la realidad es así para algunos- su corazón, buscaba uno que le ayude con su latir.

Enmudecía de vez en cuando, sobre todo cuando se aproximaba la bruma matutina de la pequeña ciudad que era su vida, para entonces ya estaba demasiado cansada. El río fugitivo sonaba con su acostumbrada rutina; sus labios -los de ella- soñaban a buscar una respuesta en otros labios -beso le llaman los cochinos mortales- su alma buscaba un complemento etereo con el cual interactuar -amor le dicen los vulgares- "¡Que alegría escucharte llegar por fin, bendito sea dios!" Estaba confiada en que todo saldría bien, pero él no hablaba, no emitia palabra.

Bajó la mirada, un poco decepcionada, un poco molesta; así que hoy ya no cree en las verdades... toma aliento, suspira y le pone reenviar al mail de su mejor amiga... para siempre jamás, cerrado... el amor no es para los pesimistas..

2 comentarios:

Azael dijo...

cerró los cajones.. o las puertas--- saludos querido amigo

Charli dijo...

Mas que no ser para los pesimistas...no lo es para los ilusos lectores de Corin Tellado, o de la respectiva enceguecedora cadena infladora de esperanzas.

Mucho leer, poco sentir...mmm...pesimo...pesimo.