domingo, julio 1

Un mundo

Los colores caen entre un vientre vacío, se dibujan en las entrañas de un abismo, y suelen acabarse para así morir; porque cuando mueren los colores, nace la desazón, aparte de la ilusión, la esperanza y las demás tonterías para deshechar... Y sin embargo no parece un asunto romantico. Entonces el tiempo se detiene otra vez -me hace preguntas, la mayoría sobre tí- y después de todo lo que reprimí, dejo correr al tiempo, la sangre y las palabras.

Caigo y vuelo como el último sigilo del sol que se entrecorta en mala transmisión, cuando el espacio es un azul luz, o cuando tu ligera tristeza se armoniza con el ambiente, cuando el cielo sube la colina hacia tus prismas rotos, cuando todo parece atravesado por un rayo púrpura de dicha, abres los ojos para que anochezca a nuestro alrededor, y te tomas el café que se estaba enfriando en nuestra mesa.

Reina tu sonrisa entre el barro y la eternidad, tu nombre es solo un gesto banal de pretensiosas dimensiones; el mundo acaba de morir como todas las cosas. Las calles son verdaderas naves de locos, esperpentos diseñados para sufrir de los juegos de la paranoia. Por eso cuando termino perdiendo la razón, sé que no voy a morir del todo, pues te reflejas en la realidad; y cuando tu espejo roto se llena de luz, te llenas tú con mi alma -Nunca sabrás cómo danza la vida entre tus tonterías a medias- Así mientras estés entre la ochocientas fantasías que se le ocurren a mi cabeza, serás poco más que una experiencia pasajera -no temas- serás lo que quieras ser. Podrás ser feliz si sueñas con serlo; y si me ves en tus sueños, quizás yo también sea feliz.

Y las luces se vuelven tan civilizadas, tan impertinentes cuando atravesamos la locura por la noche; todo se vuelve tan incierto, que si estuvieras a mi lado te extrañaría más que cualquier día de mi vida; para que cuando se apaguen los candores de extrañas velas, aparezcas; y aparezcas sonriendo como tonta, disparatando tus ojos, abrazandome y diciendo alguna que otra idiotez, para que yo te reponda con otra estupidez... Es que el mundo es tan intrascendente sin ti.

1 comentario:

Paola R. Senseve T. dijo...

Qué lindo querer así...
Dicen que cuando es amor de verdad, es suficiente con uno solo.
De ahí a que sea verdad, es otra cosa...los seres humanos somos egoístas por naturaleza.

Besos Raúl, que tengas una linda semana.