miércoles, septiembre 24

Ariana

-Hermana de la silenciosa espera-

Me hallé con sus ojos que recorrían mi faz, mi cuerpo, mi máscara y mi corteza; y me encontré en lo vacío, me hallé en la vacuidad frente a un enigma en sus pupilas, un enigma que me retrataba en un reflejo cristalino que se veía como yo, y aunque sé que no existo en esa imagen, en sus ojos aparecí de nuevo, es decir que desaparecí en el vacío.

Y sus ojos devoraron algo en la imagen absurda de mi imagen incompleta, y vi algo mío que aparecía en el borrón de un frío que me contuvo de soltar una palabra que apele a su mirada; y en la melancolía del mismo segundo en que fui velado por aquello que mostraba una luz de destello, caí en la existencia de mostrarme desnudo ante el vacío; un vacío que consintió mi existencia, una vacuidad que me permitió ser.

Y trastocado por esa palabra no articulada, en su mirada, perforado por el segundo de melancolía de sus ojos, caí al vacío en un instante.

Entonces Ariana bajó los ojos y pasó de largo llevándose mi pesar.... dejándome sus miedos

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