domingo, agosto 17

tú que te miras al espejo (lee esto)

No te sirve hablar más, porque lo esencial no es invisible a los ojos, sino inservible para tu vida.

Vida de comodidad, seguridad, certeza y razón, verdad, blanco o negro, éxito y asertividad, trascendencia y ascenso. ¿puedes llamar a eso vida?.

¿Cómo llamarla entonces, si ellos te han dicho cómo hablar, cómo actuar, cómo pensar, cómo reír, cómo llorar, cómo sentír, cómo expresar, cómo abrazar, cómo besar, cómo coger, cómo querer, cómo amar, cómo vivir y cómo morir?

No me convence tu mundo de certeza absoluta, de angustia y de una pseudolibertad; no me convencen tus discursos de crecimiento personal, de persecución de metas superiores, de santidad y virtud; no me trago tu ilusión del edén y la perfección de tu alucinación llamada felicidad, no comprendo tu paraiso inventado, tu vida de jardín de rosas y primaveras; no creo en tu polaridad ni en tu complementariedad de opuestos, ni en tus valores ni en tus morales, tampoco en tus ideales ni en tu filosofía, y menos aún entiendo tus respuestas y razones a las preguntas que te haces al momento en que naces a la muerte.

Querido(a) domador(a), me enseñaste a seguirte y copiarte los pasos; me entrenaste para que olvide mi ser salvaje y arisco, pintaste mi piel para que se parezca a la tuya, y a simple vista tu y yo somos completamente iguales; me sacaste de la fría estepa para que conozca tu progreso y tu orden, tus artilugios y facilidades. Me domaste y me domesticaste, has hecho de mí un animal dócil que baja la cabeza cuando se encuentra delante de muchos de los tuyos; y cuando un crudo rugido crepita en los límites de mis fauces, tú tapas mi boca con alguno de tus látigos disimulados... y me enseñas a hablar, me enseñas a actuar, me encajas formas de pensar, me dices cuándo reir, y cuándo llorar, me muestras cómo tengo que sentir y cómo lo voy a expresar, me abrazas para que aprenda a abrazar, me besas para que aprenda a besar, me muestras cómo puedo coger, para coger como tú, me dicés cómo y a quién querer y me enseñas sobre el amor, me dices qué ha de ser lo esencial en mi vida, y me dices cómo tengo que morir.

De aquella mi fría estepa, el gélido lugar donde todo "es" sin necesidad de que alguien se pregunte el porque es así, solamente cargo con mis ganas de gritar que no quiero ser como tú...

Pero me angustio como tú, busco la comodidad como tú, me trago tus mentiras, porque ya no sé en realidad lo que soy... soy, no sé si un frío lobo solitario, o un dócil y acequible cordero.

¿Quieres saber el sentido de mi vida? Pues el único justificativo a mi vida es la muerte, y el único justificativo a mi muerte es la vida. Porque lo que en realidad busco con fruición es la vida, no esa tu existencia tranquila y somnolienta. y esa vida que busco, no existe.

-Equivocado otra vez, cabeza baja, aceptación y paso adelante, pero gemido hecho aullido noche de luna llena otra vez, equivocado-

existir... durar... perpetuar...

-la razón es la de ellos, porque ellos siempre ganan-

1 comentario:

Paola R. Senseve T. dijo...

Raúl...estoy en La Paz y he querido comunicarme contigo...pero recién que puedo..
Va a haber una presentación hoy en la Feria Internacional del Libro, a ver si puedes ir, es a las 5pm y se llama "Sobrevolando el Vaginario (experimento conFusión).Ojalá puedas leer este comentario a tiempo..

Besitos..