La gente respira, camina y observa,
tuerce la mirada hacia los extraños.
La gente espera en el momento exacto,
se detiene y se deteriora,
pierde y sigue caminando
encadenando destinos que no existen.
-no llora, no ríe, no se emociona-
Cuando la fiesta haya terminado,
no seremos más que extraños;
y te miraré y no veré más que sombras;
y sacrificando todo lo que fue-volveremos a ser los extraños detrás del cristal-
pero al final las cosas se detienen,
se abrazan y se conservan,
porque al final las cosas retornan,
y vuelven a ser lo que no eran.
-y se crea el espacio, cuando aceptamos la derrota-
Y cuando el brillo de los rayos te ilumine
y la luna alcance el cenit en el cielo,
hallarás lo mismo que buscaste tiempo atrás
cuando las cosas eran lo que volverán a ser.
Porque al final tú me mirarás y no verás más que sombras,
y partirás hacia el sol que es tu última morada.
la luna te llamó mi diosa,
pero yo no tuve nada que ver-lo juro-
12 comentarios:
jajajaja, tanto se habrá esforzado la diosa para simples consuelos.
o tal vez no se haya esforzado en absoluto soñadpra insomne...
y bienvenida al lugar donde los insomnes deambulamos!
Prometo que fue un accidente...
Aunque estoy convencida de que sois el culpable.
Ga
Un capísimo, querido Raúl.
Siempre me encanta leerte y por último, ya no sé ni qué comentarte, porque es así, la poesía se siente nomás y yo la tuya siempre la siento. Eso no tiene precio.
Atte: Una lectora perdida, pero leal.
hermosamente indescriptible
Saludos te invito a ver mi blog
los recuerdos que abrazan ayudan a olvidar los deseos que no se cumplen
No existe principio sin final, a lo mucho quimba y aros en el interín, pero cuando la tonada llega a terminar...ojos quedan mirando el fin.
...lo juro...
muy bueno!
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