Cuando pasaron los días de la ira, algo se removió en la blanca hoja que amanecía por la mañana; el aroma a luna llena y el calor de las visiones abrazaron la última reliquia que guardaba en lo más profundo de un sueño solapado y enmascarado. Y pintado de oscuridad me puse a caminar buscando el silencio de las mañanas acostumbradas.
Las respuestas a las preguntas que me hice, flotan en la atmósfera y el viento las sopla, por más que no entienda, la luna habla, canta, pero no escucho. Al llegar el día del brillo incandescente, la mañana se desvaneció... maldita luna llena.
Y como un sueño por la forma más facil y segura de despertar, se esfumaron las imágenes y los sonidos, los aromas y las sensaciones y quedó el cansancio y la respiración pausada, inhalar, dolor, exalar, sangre. y no hace falta volver a amanecer... cuando la mañana decaiga de nuevo, algunos estaremos protegidos en la oscuridad.
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2 comentarios:
y algunos ni siquiera protegidos en la oscuridad... ^O^
oscuridad q al final recobija de tanta falsa luz
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