La gente respira, camina y observa,
tuerce la mirada hacia los extraños.
La gente espera en el momento exacto,
se detiene y se deteriora,
pierde y sigue caminando
encadenando destinos que no existen.
-no llora, no ríe, no se emociona-
Cuando la fiesta haya terminado,
no seremos más que extraños;
y te miraré y no veré más que sombras;
y sacrificando todo lo que fue-volveremos a ser los extraños detrás del cristal-
pero al final las cosas se detienen,
se abrazan y se conservan,
porque al final las cosas retornan,
y vuelven a ser lo que no eran.
-y se crea el espacio, cuando aceptamos la derrota-
Y cuando el brillo de los rayos te ilumine
y la luna alcance el cenit en el cielo,
hallarás lo mismo que buscaste tiempo atrás
cuando las cosas eran lo que volverán a ser.
Porque al final tú me mirarás y no verás más que sombras,
y partirás hacia el sol que es tu última morada.
la luna te llamó mi diosa,
pero yo no tuve nada que ver-lo juro-