Esta noche se advierte el advenimiento de la muerte.
Acoge entre su pecho el hálito dorado que subvierte sus ojos al infinito
donde encuentra su razón, su ropaje y sus harapos.
Y observa entonces en dirección suya,
donde los vientos han dejado los resabios de su paso,
Así ha de interpelar a su suerte en el límite máximo de las sincronías del espacio;
allí donde se encuentre en su fría vereda de la realidad última en la que es,
con el cansancio de susurrar al vacío
-lo que queda de palabras que le sobran.
Un tumulto rige su voz trémula en el vibrante soplo
donde los mares de olas reberveran su frío de huesos y centinelas.
y le quitan la respiración a medida que se hunde.
Después duerme, y se sueña en un sueño que no es aquél
-sino un sueño que no lo contempla
Y en la ráfaga ardiente del aire que despunta de luz sus pupilas
Toma por sí mismo un objeto que no le es dado,
arrebata el futuro que todos esperan y se apropia de aquél en doloroso silencio
extiende los brazos y emerge en tanto absoluto y finito.
y vibra en la posibilidad de velar por su efímera eternidad,
en los kilómetros de eternidad que le restan por quemar.
La muerte adviene en la advertencia de la noche.
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5 comentarios:
Maravilloso texto sobre este personaje que tanto desvela a los poetas...
Besos
Oeh!
mash meshclada la influenshia de tush buenosh maeshtrosh pero aun notoria (pa mi que interpreto todo al revesh) y eshta bueno, sholo que algo mash de fito o charly, drugo!
muy bueno el poema y el blog en general a ver si visitas
http://amirbar.blogspot.com
Uhh... qué bueno, mi estimado.
Muy lindo. Y la noche, y la muerte, nos advierten.
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