viernes, agosto 29

Brillos no presentidos

Voló entre tu espacio de luz rasante por el horizonte en el cual despertabas, atravesó tus brazos portando su ceniza y brillo que se iba opacando en este tiempo olvidado, voló cerca a tus labios de trayectoria fugaz, y la luciérnaga durmió tus ojos.

Calló su canto de silencio que te hizo reflejo de reflejos mudos del ocaso, calló por su vuelo y se transformó en noche, y se transformó en noche su vuelo que grabó en tu piel y en tu pelo su estela de suavidad azul; y en noche convertida, se entregó a tu pecho la luciérnaga que durmió tu aroma que desbordaba en amanecer. Calló tu vuelo, brilló tu ocaso.

Anidó su crepúsculo y su canción desfigurada en medio del rincón más recóndito del frío espacio, en la tibia lágrima apareció lavando su luz atesorada y resquebrajada; y entonces, supo por un instante, por un segundo fugaz y sempiterno, que tu palpitar era su sueño y su hogar. La luciérnaga brilló en tu letargo, cuando emprendió vuelo contigo a través del quebranto de una noche que el brillo se exponía a la expansión de un universo finito clamó tu sueño. Y su voz se dejó escuchar por toda la oscuridad del poniente.

Vibró su pecho lleno de ti, entonces comenzó por última vez el fulgor de todas las luciérnagas que soñaron tu dormir, y alguien en medio del mundo concebido desde tus ojos dejó de soñar tu sueño, alguien que durmió tus ojos, alguien que se quedó en el brillo de tu vuelo, alguien que trazó la fugaz luz de tu noche.

sábado, agosto 23

no more... or just a little bit

Aullido detestado del viento de un atardecer que baja del cielo.

Ella no sabe que la miro a través del espejo, pero ella sabe que la observo, y se mueve con gracia, y sonríe con soltura, y flota en el espacio... ya que sabe que la observo, pero piensa que yo no sé que ella se ha percatado de que la observo. Pero ella solo sonríe.

Ella me habla y yo no sé si ella me habla en serio o es mi mente que hace que la escuche en cada instante en el que creo que me hablara; ella me mira y sé que ella me observa, que me toma entre sus brazos y calladamente me duerme por las noches mirándome escapar. Ella sabe que esxisto, pero no sabe aún que estoy muerto.

Ella en su ternura me acoge con dulzura y con sus gentiles maneras, ella no sabe que ya he partido, y aún cree que estoy hablándole al oído, y me duerme calladamente como yo espero a que ella cierre sus ojos para hacerme su sueño

-pero yo no sabía todavía que ella había muerto-

domingo, agosto 17

tú que te miras al espejo (lee esto)

No te sirve hablar más, porque lo esencial no es invisible a los ojos, sino inservible para tu vida.

Vida de comodidad, seguridad, certeza y razón, verdad, blanco o negro, éxito y asertividad, trascendencia y ascenso. ¿puedes llamar a eso vida?.

¿Cómo llamarla entonces, si ellos te han dicho cómo hablar, cómo actuar, cómo pensar, cómo reír, cómo llorar, cómo sentír, cómo expresar, cómo abrazar, cómo besar, cómo coger, cómo querer, cómo amar, cómo vivir y cómo morir?

No me convence tu mundo de certeza absoluta, de angustia y de una pseudolibertad; no me convencen tus discursos de crecimiento personal, de persecución de metas superiores, de santidad y virtud; no me trago tu ilusión del edén y la perfección de tu alucinación llamada felicidad, no comprendo tu paraiso inventado, tu vida de jardín de rosas y primaveras; no creo en tu polaridad ni en tu complementariedad de opuestos, ni en tus valores ni en tus morales, tampoco en tus ideales ni en tu filosofía, y menos aún entiendo tus respuestas y razones a las preguntas que te haces al momento en que naces a la muerte.

Querido(a) domador(a), me enseñaste a seguirte y copiarte los pasos; me entrenaste para que olvide mi ser salvaje y arisco, pintaste mi piel para que se parezca a la tuya, y a simple vista tu y yo somos completamente iguales; me sacaste de la fría estepa para que conozca tu progreso y tu orden, tus artilugios y facilidades. Me domaste y me domesticaste, has hecho de mí un animal dócil que baja la cabeza cuando se encuentra delante de muchos de los tuyos; y cuando un crudo rugido crepita en los límites de mis fauces, tú tapas mi boca con alguno de tus látigos disimulados... y me enseñas a hablar, me enseñas a actuar, me encajas formas de pensar, me dices cuándo reir, y cuándo llorar, me muestras cómo tengo que sentir y cómo lo voy a expresar, me abrazas para que aprenda a abrazar, me besas para que aprenda a besar, me muestras cómo puedo coger, para coger como tú, me dicés cómo y a quién querer y me enseñas sobre el amor, me dices qué ha de ser lo esencial en mi vida, y me dices cómo tengo que morir.

De aquella mi fría estepa, el gélido lugar donde todo "es" sin necesidad de que alguien se pregunte el porque es así, solamente cargo con mis ganas de gritar que no quiero ser como tú...

Pero me angustio como tú, busco la comodidad como tú, me trago tus mentiras, porque ya no sé en realidad lo que soy... soy, no sé si un frío lobo solitario, o un dócil y acequible cordero.

¿Quieres saber el sentido de mi vida? Pues el único justificativo a mi vida es la muerte, y el único justificativo a mi muerte es la vida. Porque lo que en realidad busco con fruición es la vida, no esa tu existencia tranquila y somnolienta. y esa vida que busco, no existe.

-Equivocado otra vez, cabeza baja, aceptación y paso adelante, pero gemido hecho aullido noche de luna llena otra vez, equivocado-

existir... durar... perpetuar...

-la razón es la de ellos, porque ellos siempre ganan-

viernes, agosto 15

la noche del lobo

El lobo ambula más y más solitario cada momento, mira a su alrededor y las ovejas se ríen de él; está demasiado domesticado, es demasiado dócil para atacarlas, y cada momento se asquea de su imagen. Es tan solo uno más de los de su especie.

Y es que en realidad soy un lobo que habita entre ovejas, un ser salvaje y arisco que ha sido domado por esas tantas voces que hoy siento como mías, esas palabras que no me pertenecen, pero palabras que ahora son tanto mis palabras como las suyas.

Mira su reflejo en el agua que bebe, cada pequeña partícula de su ser difiere enteramente de los otros seres que están a su alrededor caminando, ambulando, comprando, viendo, escuchando, consumiendo, obedeciendo, obedeciendo, obedeciendo, obedeciendo; y el también sabe que está obedeciendo, mientras mantiene las fauces apretadas para no morder, para no gritar, para no aullar... el riesgo es que pierda esa comodidad. La comodidad de no pensar por si solo.

Ya debe ser tanto tiempo que recorro este prado, que he olvidado la fría y muerta estepa de la que provengo, ellos no son los míos, yo no pertenezco a este lugar, pero es cálido y a veces acogedor, pero yo no soy de ellos, no soy su mascota, aunque me acarician la cabeza, me dan de comer y hacen que piense que soy especial, cuando se bien que no lo soy; hacen todo eso para acomodarme, para consolarme, para domarme; para que no me pregunte qué hago yo acá, para que otros de los míos tampoco puedan pensar, para que no podamos huir, para que no logremos alcanzar una libertad que no existe

El lobo es tán absurdo, y bebe el agua, sabe que por más que se queje no hará nunca nada para cambiar su forma de vivir, no buscará más allá... porque teme perder.

jueves, agosto 7

Kein Zurück

Deberías desprenderte por un momento de esa tu eternidad y venir a solapar esta mi existencia; yo debería desprenderme por un momento de mi realidad y seguirte los pasos.

Pero ya no hay vuelta atrás...

Y si solo por una vez pudiera dar vuelta al reloj... Kein Zurück

sábado, agosto 2

Imagen al tacto

A Polífemo le sangra la vista.

Galatea no era el cielo, ni el silencio, ni la lluvia; no era trino de albas eternos ni rocío de noches efímeras; no era canto de luna ni metáfora de crepúsculos tibios; Galatea era suave armoniosa y bella, escribía en las paredes, escribía con voces que retumbaban un blanco espesor de la niebla, cuando ambos (Polífemo y Galatea) solían ser libres.

Galatea era la rebelión, y sus manos se empeñaron en escribir historias que escriben solamente aquellos que callan; después de todo, Galatea era una mujer que nacía cada día, y se elevaba en el denso aire que respiraban los demás seres que como ella se encontraban atrapados en la respiración artificial que nos impone el mundo. Galatea solo escribía su voz, sin palabras, sin frases ni versos, Galatea escribía en las paredes sin la necesidad de escribir.

Polífemo busca con fruición las imágenes que quedaron grabadas en los muros de piedra... lo que pase después, es solo cuestión de tiempo.

-Polífemo teme darse por vencido-