viernes, junio 27

(sic)

...Esta rabia de querer estar contigo y que la realidad diga lo contrario

¿Qué eres tú ahora?

Un ligero silencio que susurra una voz dormida,
un recuerdo, una tumba, una flores secas,
una palabra estancada, una palabra podrida,
una sonrisa que ilumina un lugar que ya no es.

Un sonido, una brisa, un cálido suspiro,
un deseo carcomido, un otoño prematuro,
una fina membrana que ahora no me atrevo a cruzar,
una parábola que no termina jamás.

¿Qué soy yo ahora?

Un despojo de palabras que hablan del viento,
un azar frío que camina en dirección desconocida,
una soledad hecha pedazos por el amanecer,
una herida que sangra al despertar.

Una voz apagada, un aliento a tabaco y desesperanza,
un inmenso desierto sin oasis,
unos huesos que te echan de menos al atardecer,
un corazón podrido de latir.

¿y...?
Somos, no más que una canción que pasó de moda,
la tristeza de cada despedida no anunciada,
el llanto, la lágrima y el desagarro,
esa rabia de querer, y las ganas de gritar.
Abriendo heridas por donde el dolor pugna por salir,
por donde escapa el grito apagado...

...te extraño demasiado

miércoles, junio 18

Esta noche...

Esta noche voy a dormir y esperar que el viento me arranque del ruido que conjugado con su partida se hicieron cargo de mi vida; esta noche voy a rendir mis ojos que están mojados todavía y cansados de buscar y buscar en los más finos horizontes un solo recuerdo que me sostenga y me eleve.

Una noche como la de hoy, se dibujaron sus facciones en el cielo, que no era más el mío ni el suyo, sino el nuestro; por eso esta noche busco dormir para volver a pintar esos dibujos que sus manos diagramaron en medio de un silencio que se ha llenado de puras palabras desde que no está.

Esta noche voy a dormir un delgado sueño sin imágenes ni sonidos, solo el agradable susurro de su voz limpia que ríe en mi memoria con cada tarde que el sol brillaba; un sueño que no es más el suyo ni el mio, sino el nuestro; aquél que abril nos arrebató un domingo por la mañana -cuando no pude oir esa voz que me llamaba- Esta noche voy a dormir y no quiero que nada me despierte; eso y más, su respiración, la mía, la nuestra y todas esas cosas que se cuelan por la ventana cuando entorno el viaje de regreso su lugar.

Esta noche voy a dormir y si acaso no despierto, no sacudan mi cuerpo, no me hablen al oído ni repitan mi nombre, no tienten el pulso, no miren en mis ojos, no me pregunten ni me escuchen con fruición, porque todavía no me he ido, solo estoy dormido. Y si tal vez despierto, miraré el amanecer con tantas ganas de encontrar distancia que buscaré caminar en dirección de los sinos que se empecinan por huir de mi, miraré debajo de las piedras por la fuerza para continuar y si tal vez la encuentro, respiraré sin eludir su recuerdo nunca más.

Esta noche voy a dormir, y esperaré estar a tu lado de nuevo, aunque solo sea por un segundo, aunque ya no sea lo mismo de antes; voy a dormir y a dejar que el viento se lleve el polvo y las cenizas, para que al despertar solo el brillo se haga presente.

sábado, junio 7

Hoy por hoy (dos meses y contando)

Hoy quiero estar de nuevo en tu regazo y respirar de nuevo esa profunda melodía que manaba del viento que se filtraba por tu pelo suelto, respirar quizás un poco de la respiración que inspirabas en la comarca lejana donde escapábamos, o parar el tiempo mientras la suavidad de tu voz se hace un perfecto arrullo que fluye con delicadeza a través de la atmósfera. Tu melodía y hoy por hoy el recuerdo.

Hoy quiero estar de nuevo surgiendo a tu lado entre los cálidos días del mejor verano que haya vivido, de aquél verano que nos regalamos mientras tocábamos las flamas de un silente deseo de permanecer juntos unos cinco minutos más, hoy quisiera estar tan lejos de este mundo de sombra y fantasmas, hoy quisiera que vayamos a todos esos lugares que sintieron nuestros pasos suaves que compusieron un mundo en sinfonía para dos manos entrelazadas hasta el final. Nuestra melodía y hoy por hoy tu recuerdo.

Hoy quiero estar en ese lugar que pudiera ser para cualquiera, ese lugar que se construyó de la nada entre un silencio inventado que fue el sueño más notable de un encuentro que no sucederá jamás; y confieso que cuando despido al sol poniente anhelo que pudieras estar a mi lado para que digamos que aun no es tan tarde, que todavía hay tiempo para estar juntos, que todavía queda un segundo más que se llenará en un abrazo y en un diáfano "te quiero" que nos devolverá a la tierra a la que pertenecemos, ese lugar al que nunca perteneció nadie más que un par de locos que se conocieron por algún lugar donde no pensaban ver jamás una luz; un lugar extraño del cual no hablaron ni cronistas ni poetas, un lugar al que le llamaríamos hogar... algún día. Las luminosas mañanas y hoy por hoy los restos de un sueño.

Hoy, que en mi trasnoche de frío y nostalgia ya no le temo a la sangre, quiero volver a para que tal vez puedas volver a mi, o quizás encontrarnos en el último hálito de luz crepuscular que nos revista de nuevo de ese poder imperceptible que nos unía y nos hacía libres el uno con el otro; ese haz de aroma extraño que nos dejaba volar por lugares inhóspitos a los que les otorgamos parte de una vida que con facilidad salía de nuestros pulmones. Hoy que tengo ese vulgar sentimentalismo de extrañarte en cada lugar que me pregunta de ti, quiero resumir estos días que pasan y vuelan tan faltos de ti, tan faltos de un nosotros; hoy solo quiero que mañana llegue para que tal vez, y al cruzar ese más allá que separó tus besos de frente y mis caricias de mejilla, nos encontremos de nuevo y caminaremos en dirección de la constelación que crearemos algún día en que nos hallaremos de nuevo.

De mi voz y hoy por hoy, mi llanto hecho canto que te acaricia aunque ya no estés aquí.