sábado, mayo 24

Las horas pasan...

Nous aurons pour nous l'éternité
Dans le bleu de toute l'immensité
Dans le ciel plus de problèmes
Mon amour crois-tu qu'on s'aime

(L'hymne à l'amour - Edith Piaf)


Camino en este lugar que se rompe en la medida en que mis pies lo tocan con la suavidad con la que llegó un silencio que era ella -ese silencio que nos acorralaba y nos unía- Ese dilema no me permite escapar y procuro seguir caminando para que no me encuentre la luz, para que no me encandile.

Y aunque la luz me encandilase, y cada segundo se amontone en este espacio vacío; la puedo ver en el resquicio más profundo de la luna efímera, cuando elevo mis pasos con el viento de cada susurro puedo sentir que a pesar del a pesar, que sin importar lo que no importa, ella puede verme... y camino los pasos que nos faltaron por andar.

Entonces llegan las noches y llegan las lluvias que llueven de luna los prados donde habitamos, donde habita un futuro con nombre de esperanza; y todavía puedo contarle los cuentos que algún día le pude contar, esas historias que aprendí a diagramar a su lado, entonces llega el silencio y llueve de luna la lluvia de la tristeza, y le hablo en la bruma, donde quizás pueda escucharme.

Le digo que ya pronto llegará el mañana... y seguiremos juntos al sol.

domingo, mayo 18

La oscuridad

Galatea no está.

Polífemo asume la búsqueda en su ceguera, camina sin rumbo alguno; consume un aire que se le antoja extraño y el dolor de la herida es demasiada carga. El aroma del mar se siente tan distante que a momentos cree que va a abandonar la búsqueda, pero no se resigna.

El primer frente frío se ha ido, Polífemo siente la bruma que le obstruye la luz del sol, pero no ve nada... Golpea con furia el suelo y se arrodilla con esa sensación de estar perdido, se siente perdido ahora que Galatea ha dormido un sueño del que no va a despertar.

El agua los separó aquella mañana en que Galatea olvido quitarse la escafandra mariposa con la que volaba, Galatea se trepó a las palabras que manaban de sus arterias y tachó el mundo con los dedos; escribió en medio del cielo una frase que cegó el único ojo de Polífemo -el cíclope que encegueció- La pobre mañana que amaneció de un sobresalto fue dibujada por Galatea en un sueño de poema claro, Polífemo no supo cómo llegar hasta ella, ahora la echa de menos.

Polífemo está ciego.

viernes, mayo 9

Lo que nunca...

Todo está bañado en la palabra, toda palabra me circunda dando vueltas consecutivas que generan un vano vacío que a la vez es palabra; la cuál viste tu ausencia con vestidos de colores que habitaron en tus ojos. Y las palabras me acogen en el silencio que murió en la palabra que me cuestiona hoy en día. Esa palabra que me pregunta, a la que no sé responderle de vos. Porque yo soy la palabra.

La palabra es un insecto que se impacta contra el sueño irrealizado de permanecer inamovible, un insecto que se prende de tu ropa justo en el momento previo a que embarques esa góndola que te va a llevar lejos, a una lejanía que se hizo palabra, léxico. La palabra que ahora nos vomita, que nos llena y nos hace eludir al silencio, se ha hecho espacio, un espacio que está falto de vos, falto de esa palabra, pues la palabra eres vos.

Y el Lazo es palabra, es una conexión lógica que se estampilla contra el vidrio, con la brutalidad del "no hay vuelta atrás" de una palabra que no vuelve; es un sin retorno de la palabra. Ya nada queda suspendido, ya nada queda en punto suspensivos. La palabra quedó amputada en su caminar; más allá de una historia simbólica que deambula los miedos. Ahora que nosotros somos la palabra que muere, que sigue, que nos marca; somos palabra que se estanca, y que nunca más será lo que fue... una palabra.

martes, mayo 6

Desde algún lugar (desde donde quisiera verte)

En este lugar, me encuentro aferrado, dejando atrás o pateando esta vida adelante... Si preguntas cómo estoy, pues estoy acá, sin estar bien ni mal; estoy transitando este "aquí".

Y te veo desde acá; quizás es que en realidad no te veo y creo imaginar la magnitúd de tu presencia allá, en ese allá que es algún rincón del olvido. Desde este rincón que se congela, donde el silencio acalla, no quiero olvidarte... todavía.

Y lo benévolos vientos emiten en un grito ahogado tu nombre; en soledad los escucho y me susurran un verso dibujado de tu cintura, verso empapado de tu fulgor de aurora que me abraza cuando hace frío, tu fulgor que me regresa tu ausencia que se va un poco más allá.

No puedo encarar a la noche como solía hacerlo antes.
-Raúl no está solo-

jueves, mayo 1

Hipérbaton vacío

Se mecen en el olvido las hojas que se harán de errante vuelo mariposas - How I wish I could- pero no pude.

Creando está del fuego la marca un invisible silencio; fuego de hace días que mis manos quemó en errante vuelo - How I wish you could- pero no puedes